jueves, 13 de diciembre de 2007

De Fukuoka a Miguelturra. Wenceslao sale disparado de Ispahán


Los gritos de Moin Ab-Dal pudieron oírse en todo el tren. Invocó a Alá y le pidió la presencia de una mujer para poder retornar a Wenceslao a sus orígenes morfológicos humanos. Moin Ab-Dal se disponía a realizar su famosa magia llamada “transformación matérica traspasando la velocidad de la luz”, origen complejo del famoso y más conocido espectáculo del “hombre bala”. Pero para ello Moin Ab-Dal no necesitaba una mujer cualquiera. Pronto entró por la puerta del compartimiento Fatima Abu Mon, conocida por ser la única mujer de todo el valle de Ispahán capaz de romper los lomos de un dromedario con su peso. Sus piernas parecían dos columnas jónicas, sus brazos eran cañones de guerra, su cuello no envidiaba al de un toro miura, pero lo más espectacular era su gigante, incomparable e ilimitado culo. La espectacular prominencia trasera de Fatima Abu Moin podía servir de mesa para una cena de diez comensales.

Moin Ab Dal levantó los faldones de Fatima Abu Mon e introdujo en su recto a modo de supositorio a Wenceslao Cardaso, ahora convertido en crisálida. Posteriormente, Moin Ab Dal colocó un tapón de corcho en el ano de Fatima Abu Mon para evitar una expulsión fortuita antes de tiempo. Una vez realizada esta operación, Moin Ab Dal abrió la ventana del compartimiento y condujo a Fatima Abu Mon junto a ella. Allí le hizo situarse de espaldas a la ventana y luego le pidió que se agachara sin doblar las rodillas para quedar en posición de “expulsión anal”. De nuevo, Moin Ab Dal le levantó los faldones dejando su trasero al descubierto y con la ayuda de cinco hombres levantaron a Fatima Abu Mon en esa posición hasta que la hicieron encajar con el marco de la ventana.

Una vez realizada esta operación, Moin Ab Dal comenzó a dar de comer a Fatima Abu Mon un potaje de legumbres hecho con los famosos garbanzos perdigoneros árabes. No se sabe a ciencia cierta – hay discrepancias según las fuentes – si Fatima Abu Mon comió 5, 10 ó 15 kilos de garbanzos. Lo que sí sabe – aquí hay unanimidad entre los diferentes escritos hallados – es que Fatima Abu Mon estuvo 3 horas y 27 minutos comiendo garbanzos perdigoneros regados con un zumo de berenjena y tomillo.

Tras esta ingesta el marco de la ventana parecía que iba a estallar en mil pedazos debido a la presión causada por el incremento volumétrico de Fatima Abu Mon. Moin Ab Dal colocó un trapo mojado en leche en la boca de Fatima Abu Mon para facilitar el proceso de metanización en el intestino grueso. Tras pasar 1 hora y 16 minutos en esa posición, con culo y boca obturados, Fatima Abu Mon guiñó con complicidad el ojo a Moin Ab Dal, dándole a entender que el momento había llegado.

Moin Ab Dal dio unas pinzas de gran longitud a un zagal que se encontraba expectante en el vagón y le ordenó a que se subiera al techo del vagón y le sacara a Fatima Abu Mon el tapón de corcho del culo desde lo alto del tren, ya que no quedaba un milímetro libre para hacerlo a través de la ventana.

Una vez realizada esta operación, Fatima Abu Mon apretó con fueza su bajo vientre para dar inicio a su flatulencia suprasónica, provocando el traqueteo brusco del tren. Aquella expulsión de gases condujo por fin a Wenceslao a una dimensión desconocida (se sabe, eso sí, que era una dimensión superior a la novena) en la que se produjo una transformación matérica celular y molecular de su ser que le hizo recuperar su forma humana. Algunas fuentes creen incluso que en ese trayecto supradimensional Wenceslao se acercó a la luna, donde quiso comprobar la estructura ignífuga de la atmósfera lunar. Fuera así o no, lo que sí es cierto es que fue así como Wenceslao Cardoso salió disparado de Ispahán.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Wen on the moon (II)

De todos es sabido que si una persona bebe agua, o cualquier otra sustancia licuosa, del interior de una huella de hombre lobo, aquella persona se convierte irremediablemente en licántropo nocturno. Wenceslao recordó esta máxima, en el momento exacto en que sus ojos repararon en aquella inmensa huella extraterrestre que ahuevaba la superficie lunar, y que no dejaba demasiadas dudas sobre su procedencia. "Esto lo ha hecho un marciano". Los habitantes de Marte no solían salir de su planeta a menudo, y cuando lo hacían es que algo no iba bien. Por la profundidad de la marca, Wenceslao dedujo que el marciano había estado un rato parado, quizás observando el paisaje, quizás esperando a que el peligro pasara. Debido al hecho que los marcianos solo tienen un pierna y el pie que la delimita es central (sin derecha ni izquierda), sumado a la erosión vertical producida por los vientos lunares, Wenceslao no se atrevió a hacer más conjeturas sobre el estado de la huella. Así que se agachó, sacó su vasotapaquealvolcarsesalenunaseriedecírculoscadaunomásgrande
queelotrounidosentresiporuntopequeconsiguedarunaprofundidad
suficienteparaformarunrecipientedignodecualquiercosmonauta
queseprecie y coge una muestra del líquido azul verdoso que se encuentra en la parte más profunda de la huella, sito en el centro de la misma, cuya medida debe rondar los 2x3,5m. Tras levantar el recipiente y mirar a trasluz el líquido contenido, Wenceslao se lo bebió de un trago esperando que el efecto fuese reversible, "Si me he de convertir en un marciano, que sea solo un ratito, que debo volver a la nave y si me hago muy grande no cabré en ella", se dijo a si mismo y al vaso, esperando que este ayudara a paliar el tiempo del efecto de conversión.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Vieja Europa III

Desesperado, tras la chuletada "on the moon" y la operación en que le fueron implantados unos nuevos testículos de PVC por el método que introdujo Moin Ab-Dal en el New York Presbyterian Hospital, Wenceslao volvió a aquello de buscarse la vida. El primer trabajo que encontró fue a través de un anuncio en el, por entonces, ilegal y reaccionario diari de la corporació catalana de comunicació, AVUI. El anuncio decía así:

"Se busca tipo calvo con bigote, de tipo fascistoide y a ser posible machista, cuatrero, chuloputas, mentecato, macho ibérico, español de los de antes (de los buenos, vaya), mayor de edad, con pito y dos cartulinas tamaño A6 (una roja y otra amarilla) ...etc para ser caricaturizado en el nuevo reglamento para lechones de la Liga de Fútbol Profesional."

Lo demás es historia...


martes, 27 de noviembre de 2007

Wen on the moon (I)

Cuando Wenceslao pisó por primera vez la luna, aún salía humo de la última fogata encendida por los blumisianos, pequeños ultracuerpos extraterrestres habitantes el planeta Blumisia, y fácilmente identificables gracias a su cuerpo multicolor y a sus antenas en forma de cornamenta renal. Naturalmente todos estos detalles los iría descubriendo Wenceslao en su serie viajera por el universo, aquel 23 de Diciembre de 1955, lo único que sabía es que acababa de llegar al satélite terrestre por naturaleza, y unos troncos requemados humeaban lenta y cadenciosamente dentro de un pequeño crater rodeado de unos cantos redondos extremadamente bien colocados. Como buen Boy Scout austrohungaro, se acercó arrastrando su cuerpo hacia la pira lunar (no conviene ser visto...). Cuando la distancia entre el fuego y su nariz era más corta que el aliento de una musaraña llegando al éxtasis sexual tras las pequeñas embestidas al cuerpo de su amante, Wenceslao alargó la mano sobre el tronco más humeante y lo agarró con delicadeza. Se lo acercó al oido mientras oetaba el horizonte vigilante de no ser descubierto. Cric, cric, cric, cric,cric...cric,cric,cric...cric...cric...cric,cric,cric,cric,cric...cric,cric,cric,...cric...cric...cric,cric,cric,cric,cric... los estallidos de la madera al abrasarse tenían una sincronización extrema, Wenceslao era consciente que de aquello saldrían conclusiones concretas sobre el tiempo de quema, el tipo de material incendiario, el tipo de combustible, la procedencia de su autor o autores, y demás datos interesantes claves para su primera investigación extraterrestre. Tras volver a mirar a su alrededor, giró su cuerpo con un movimiento rápido y con su espalda sobre el terreno , se fue arrastrando a ritmo del movimiento de sus glúteos hacia su nave espacial, ansioso como estaba por descubrir el secreto de la barbacoa lunar.

lunes, 26 de noviembre de 2007

De Fukuoka a Miguelturra. Wenceslao se desdobla en Ispahán


“Puede que no sea uno sólo; sino una conjunción poliédrica de seres” 1

El tren atravesaba la llanura central de la región de Ispahán. Wenceslao Cardoso se dirigía hasta Ahvaz, región occidental de Irán, desde donde podría coger un nuevo tren con el que atravesaría Irak. En el compartimiento dos hombres y dos mujeres iraníes acompañaban a Wenceslao Cardoso. Ellos vestidos de riguroso blanco; ellas rigurosamente vestidas de tobillos a cabeza, dejando únicamente al descubierto una estrecha cornisa en su cara a la altura de los ojos.

Wenceslao Cardoso notó unos calambres en los dedos, señal inequívoca de que iba a entrar en uno de sus periodos de suplantación morfo-psicológica transitoria. Aquella anomalía psicopatológica de Wenceslao era provocada por la extrema sensibilidad de las glándulas sebáceas de su hipodermis, que al detectar una masa de alta densidad de feromonas humana o animal reproducía mediante reacciones neurotransmisoras el comportamiento morfo-psicológico del emisor de feromonas. En ese caso, el tren había pasado por un nido de crisálidas que ya estaba afectando el comportamiento neuronal de Wenceslao Cardoso.

Las primeras reacciones espasmódicas de Wenceslao – ojos en blanco, espuma en boca, alaridos invocadores del dios Ra y un movimiento de brazos semejante a las aspas de un molino - asustaron en buena medida a sus acompañantes del vagón, que no esperaban aquella reacción aparentemente irracional de un ser tan distinguido como Wenceslao Cardoso. Las dos mujeres se taparon con sus manos el único lugar de su cuerpo al descubierto; es decir, sus ojos. Los dos hombres miraban preocupados la escena, mientras Wenceslao estaba entrado en un trance psicosomático gradual, provocándole una mutación antropofórmica hacia la crisálida (ver foto para comprender mejor el pánico y estupefacción de los dos hombres y dos mujeres que acompañaban a Wenceslao en el tren).

En apenas unos segundos Wenceslao Cardoso se transformó en crisálida, dejando estupefactos, boquiabiertos y sin habla a los pasajeros del tren que en ese momento se arremolinaban alrededor del compartimiento de Wenceslao Cardoso atraídos por los gritos de Fatollah. Entre los curiosos pasajeros se hallaba Moin Ab-Dal, famoso ilusionista árabe, conocido especialmente por su truco “lengua despedazada”, consistente, como es fácilmente deducible, en despedazar la lengua de un sufrido voluntario para luego recomponérsela y hacerle más fácil la pronunciación de la siguiente oración en la que se abusa especialmente de los fonemas fricativos faringeos sonoros:

استشهد عنصر فلسطيني من كتائب القسام الذراع العسكري لحركة حماس وأصيب أربعة بهجوم صاروخي إسرائيلي على شمال قطاع غزة. وفي ملف الاعتقالات كشفت جمعية فلسطينية تدافع عن حقوق الأسرى أن سلطات الاحتلال اعتقلت خلال الشهر الجاري نحو ثلاثمئة شخص فلسطيني.


Moin Ab-Dal observó a Wenceslao Cardoso y no dudó un instante en afirmar que éste había sufrido una suplantación morfo-psicológico transitoria. Aquel rápido diagnóstico causó admiración y aplausos entre los presentes, quienes no dudaron en alabar las prodigiosas virtudes paracientíficas de Moin Ab-Dal. Pero el espectáculo no había hecho más que empezar, ya que Moin Ab-Dal se apresuró a levantar la mano pidiendo silencio y posteriormente señaló con el dedo índice hacia el cielo solicitando a los dioses su abrigo y ayuda para la misión que se prestaba a acometer.

(Continuará…)

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Notas

1. Nota escrita por Wenceslao Cardoso la mañana del 25 de junio de 1965 al constatar que sus alteraciones morfopsicológicas habían alterado el curso de su memoria molecular produciéndole una disfunción neuronal de segundo grado.

viernes, 16 de noviembre de 2007

Perfil psicofisiológico (parte II)

"Mi nombre es West, Herbert West..."

El Dr. Herbert West, médico graduado con los más altos honores de la legendaria y mítica Miskatonic University, EEUU, se hizo cargo del caso de Wenceslao Cardoso. Cuando el 21 de diciembre de 1967 se hizo cargo del lamentable cuadro hipertóxico producto de su ingesta de mercurocromo de uso externo, el Dr. West sintió que no sólo se abría una puerta: sintió que las puertas eran dos.

Cardoso yacía en la habitación 101 en su cama-jaula no electrificada. Tenía conectados cables de diversos tipos: unos electrodos a su tórax, que acusaban su ritmo cardíaco; unas cánulas que salían de la parte anterior de su antebrazo izquierdo, de las que había un extraño líquido amarillento semi-fluorescente, que parecía una variación del sistema cánula-enema que se aplicaban en los gulags de las gloriosas épocas y epopeyas soviéticas; y por debajo de las sábanas salía una manguera transparente conteniendo unos sólidos semilíquidos en gamas cromáticas cercanas a los marrones... quizá el profano desprevenido no supiera darse cuenta que la misma provenía directamente del recto-ano del paciente, y que conducía lo que en el ambiente de la proctología se conoce como "la verdad". Como si todo esto fuera poco, además Wenceslao tenía sobre su boca una mascarilla de vidrio traslúcido, que estaba conectada a un botellón metálico que tenía un manómetro en su extremo superior y una etiqueta que rezaba: "Toxik". Un regulador de voltaje estaba conectado mediante cables al manómetro, cuya aguja se encontraba oscilando dentro de la zona roja de la escala, indicando tal vez que el funcionamiento del dispositivo estaba fuera de control.

Wenceslao Cardoso abrió sus ojos y se encontró con una habitación que le recordó a la macabra Room 101 orwelliana, aunque allí (al menos a simple vista) no había ratas enjauladas. Giró su cabeza y observó por la ventana una lluvia ácida que cubría todos los techos de las inmediaciones del hospital, al tiempo que las pingüinos y cigüeñas que anidaban allí arriba, se iban muriendo de intoxicación por tal manto húmedo. A Wenceslao esto no le preocupó en lo más mínimo, ya que a él no le interesaba la fauna polaca, y menos la avícola. Giró vertiginosamente la cabeza hacia el otro lado y encontró un médico que lo estaba observando. Tenía en su mano derecha un altavoz de los del tipo "tronco de cono", de esos que usan los remeros estadounidenses para guiar a la tripulación de sus canoas-cisternas.

--Señor Cardoso, mi nombre es West, Herbert West, y seré su médico las 24 horas del día y las 24 horas de la noche --sonó estridente la voz amplificada por el altavoz--.

Wenceslao Cardoso no podía hablar ni articular palabra, pero sintió que aquel sujeto repicaría y martillaría una y otra vez su delicado estado de salud. Sintió frío repentino. Y miedo, mucho miedo.

(Continuará).

jueves, 15 de noviembre de 2007

Perfil psicofisiológico (parte I)

Los orígenes

El invierno de 1967 se avecinó muy crudo en Varsovia, a donde Wenceslao Cardoso se dirigió para adentrarse en el mundo de la economía de las instituciones bancarias pre-socialistas neo-trotskistas. Luego de haber puesto en su curriculum vitae "estudios varios en economía", decidió darle mayor peso a su aparente acervo incierto por medio de "estudios de orden superior en economía". Ese fue el leit motiv que lo hizo trasladar a la casi bicentenaria Universidad Tecnológica de Varsovia, con el afán siempre in mente de sumar un antecedente más en su espuria trayectoria.

La tarde del 20 de diciembre fue más que traumática y fatídica para Wenceslao, que se disponía a ingresar al campus universidad, al tiempo que iba jugando con una muleta que se había encontrado abandonada al lado de un contenedor de basura. Contaremos aquí sólo los aspectos más importantes, atendiendo a la privacidad típica de las cárceles del medioevo y al difícil ejercicio de ser prudentes en las fronteras de los límites mentales y viscerales. Para tal propósito, tomaremos y comentaremos algunos extractos de Cortissoz (1979).

A las 11h15 de ese día, Wenceslao Cardoso acudió al médico de guardia del Hospital Universitario por un malestar general que sentía, y fue atendido por el médico practicante Slawomir Vrljicak, un joven de 25 años, de 1.94 m de estatura y con manos tan grandes como las de los pelotaris vascos. El consultorio estaba frío por fallas en la calefacción central. Luego de examinarlo, el joven facultativo concluyó lo siguiente (se ha traducido el texto en polaco original para evitar conflictos con el gremio de los traumatólogos):

--Vea, usted tiene problemas con sus meniscos. Creo que es imperioso que se haga una pequeña intervención quirúrgica de inmediato. De lo contrario, todo se puede complicar...

Wenceslao, hombre de pocas palabras, apenas atinó a preguntar si estaba seguro de lo que decía el médico, a lo que éste lo referenció por escrito en una receta, ilegibilísima-bizarra, a la que firmó al pie con símbolos también ilegibles. Preguntó el precio de la operación... el equivalente a cuarenta y tres mil euros actuales. Impagable. No se dio por vencido y recorrió toda la ciudad en busca de "otros precios más económicos", siempre munido del informe que le había dado el joven médico aquel. Finalmente dio con un galeno de dudosa reputación (siempre están en todas las localidades), a lo que le dijo que a cambio de quedarse con los residuos de la operación (y sin devolución), accedía a operarlo sin costo alguno...

A los dos días lo operaron. Wenceslao salió curiosamente cojeando del quirófano... algo extraño por el tipo de operación practicada. Casi instintivamente se tocó las rodillas y se percató de que no había ni vendajes ni sutura alguna... Algo andaba mal... Se metió en uno de los baños del hospital y se miró al espejo. Encontró en el lavabo una dentadura postiza usada, sin haber sido lavada por lo menos en los últimos 20 días. La tomó con ambas manos y se la probó. Mirando nuevamente al espejo y con aquel adminículo sonrió en desprolija, desordenada y atravesada sinfonía dental. La escupió de repente porque encontró que la dentadura tenía algo de sarro y otros residuos sólidos y que olían "sólo un poco a podrido", lo cual le dio asco. Ensayó un par de arcadas, como queriendo vomitar. Afortunadamente no salió nada, salvo el gustillo ácido y agrio en la boca. Comenzó seguidamente a examinarse el cuerpo. Rodillas sin heridas... algo no funcionaba. El miedo iba apoderándose lentamente de su mente del mismo modo que un pingüino se dispone a soñar que es una mariposa, y que al despertar no sabe si era él mismo soñando con una mariposa o si la mariposa era la que soñaba que era un ornitorrinco. O al revés. Le llamó poderosamente la atención una ampolla de vidrio que tenía una etiqueta que rezaba "gas sarin" en suspensión líquida. Se imaginó bebiéndolo, pero no lo hizo porque no le apetecía beber líquidos color azul oscuro. El olor era lo de menos. Semi-horrorizado, se bajó los pantalones y observó harta sangre en su ropa interior... se bajó los calzoncillos y corroboró lo peor: en la cirugía le habían extirpado sus dos testículos en vez de los dos meniscos. Tenía la cicatriz de la sutura recién terminada. No olía a excrementos sino que se sentía el típico y característico olor a cicatriz de operación de testículos.

Salió despavorido hacia el quirófano y atropelló al cirujano aquel:

--Pedazo de hijo de puta... ¿¿por qué me cortaste los cojones, miserable de mierda??
--Cálmese... aquí está escrito claramente (también lo traduciremos para evitar conflictos): "Sr. Wenceslao Cardoso. Padece de politraumatismo transfuncional articular severo. Dx. y trat.: corrección de la simetría rotular mediante cirugía artroscópica (método de Hässel) y extirpación de los... de los... --se detuvo... comenzó a tartamudear e hizo una pausa de pánico--- joder, dice "meniscos"...

El ambiente era tan denso que se cortaba con motosierra. Un frío glacial corrió por todo el cuerpo del que una hora antes tuvo en sus manos el bisturí. La sensación de horror y pánico corroyó todo su cuerpo, del mismo modo que el sangrante cordero presto a bañarse en un río infestado de feroces y furibundas pirañas. (Es menester que ese que se cree el jefe deje de ser el que vende ese best seller... crece de tres en tres desde el revés del tren perenne de Pérez).

--¡¡¡Devuélveme mis cojones, hijo de mil putas... o te meto esta camilla por tu puto culo roto...!!!
--Lo siento, Señor Cardoso... je... ya sus testículos han sido enviados por FedEx a Sopas Knorr, para preparar un caldo con sabor nuevo, a testículos humanos... jejeje... (rió nerviosa e inestablemente) un sabor muy divertido del que...

No alcanzó a terminar. Wenceslao Cardoso montó en su yegua, Cólera, y tardó sólo 0.567676 segundos(*) en estrellarle la bandeja de instrumentos por la cara al galeno. Recordó el incidente de la dentadura postiza en el baño. Luego tomó el escalpelo tridente y se lo hincó en sus genitales y en su abdomen, haciendo luego "zetas" y "eñes" a medida que lo enterraba cada vez más en su tórax. El bisturí anatómico se encargó de dibujar el resto del abecedario. Vio que era insuficiente, así que continuó escribiendo: ahora transcribió los primeros 50 versos del Poema del Mío Cid, respetando todos y cada uno de los giros en castellano antiguo, y hasta firmó como "Ruy Díaz de Vivar-Cardoso", lo que le causó gracia. Incluso más: numeró todos los versos con el mismo bisturí. Tomó con su mano derecha el depósito de algodón quirúrgico y le llenó la herida más larga con su contenido, cual experto taxidermista. Había Merthiolate (aka timerosal o mercurocromo). Bebió un sorbo bastante largo, como para entonarse y perder el sentido del ridículo. Tosió de esta forma: "cof, cof, cof... tox, tox, tox... Box-Cox, Box-Cox, Box-Cox...". Pronunció maldiciones e improperios en decenas de idiomas, (que invitamos al lector a que fantasee-delire y marque cuáles cree que fueron en la lista siguiente):
alemán
árabe
Armenio
Bielorruso
búlgaro clásico
catalán
checo
chino (simplificado)
chino (tradicional)
coreano
croata
danés subsahariano
eslovaco
copto
español
Esperanto reformado
estornino
Filipino
finlandés
francés
griego
hebreo

holandés
húngaro
indonesio
inglés
islandés
italiano
japonés
sánscrito
lituano
noruego
persa
polaco
portugués
rumano
ruso presoviético
serbio
sueco
tailandés
turco
Ututu
Uruguayo del norte
Vietnamita

Acto seguido, y ya algo fatigado, volvió a beber un trago de mercurocromo, luego de lo cual eructó emulsiones y suspensiones en una gama de colores que iban desde el rojo hasta el morado, pasando por el azul de Constantinopla hasta el borravino. Se miró de nuevo al espejo y comprobó que tenía los dientes color rojo carmín, producto de aquella ingesta. Sonrió y le hizo gracia esa tonalidad rojiza en sus dientes. Había también gasas (una de las que estaba sobre la camilla contenía excrementos). "¿Qué hago con las gasas?", pensó. Y se metió algunas en la boca, masticándolas con fruición neurótica hasta atascarse. Bebió un nuevo sorbo de mercurocromo. Quiso bajarle los pantalones al agolpado galeno para cumplir con su promesa de introducirle la pesada y herrumbrada camilla-supositorio por el orificio anal del infortunado castrador-justiciero (nunca mejor descrito que así). Al observar la situación, una enfermera-mitad-mujer-mitad-cerdo llamó a la guardia hospitalaria de un modo especial y extrañísimo, (gritaba: "¡Guardias!", en impecable castellano cervantino-cervatillo), a lo que vinieron a toda velocidad dos enfermeros, taxidermistas, esquizoides, prosoviéticos, subnormales, gimnastas, semitrogloditas, semiporcinos, vestidos ambos de impecables batas blancas (sin ninguna mancha de sangre ni de heces fecales) al quirófano-gulag. Al ver lo que quedaba del médico-gimnasta-zigzag con los "lienzos bajos" (también libres de excrementos), pensaron en un intento de penetración por parte de Cardoso. Tal fue el castañazo-garrotazo que le propinaron en la cabeza-encéfalo-cerebelo que le hicieron dar cuatro vueltas "mortales" en hélice múltiple en el aire hasta que cayera sin más remedio (extenuado por haber dado tantas vueltas), estrellándose de cara contra el piso (...). El caso fue seguido por el departamento de psiquiatría forense del hospital, con colaboración de la policía judicial, del Museo de Cera y del Museo Nacional de Ciencias Naturales, a cargo de un tal Dr. Herbert West.

(Continuará).

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Nota

(*) Este hecho curioso le valió también a Wenceslao Cardoso la plusmarca en el libro Guinness de los records, en el capítulo "mejor tiempo en lanzar bandejas de acero inoxidable con instrumentos de cirugía en humanos y otras alimañas".

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Referencias

Cortissoz, Jon O'toto (1979). Psicopatología y criptozoología en la obra de Wenceslao Cardoso. Lovaina: Ed. Mon héros est la grande bête pop.

martes, 13 de noviembre de 2007

That´s what you get for not giving with a tip, you Wen!


¿Sabía usted que...

¿Sabía usted que Wenceslao Cardoso anduvo durante quince años y veintisiete días con unas cáscaras de huevo gallinaceo enganchadas en sus diminutos dedos extremicos mientras intentaba traducir del prosolégico al transfurlámico un texto olvidado del poeta ganés 'Ndun Vulongo a la par que aguantaba la respiración durante treinta segundos a intervalos de dos minutos y que por ello fue galardonado con el premio Guiness a la mayor estupidez recordada en la historia de las traducciones?.

viernes, 9 de noviembre de 2007

Dia 0. Del tiempo que ya hace.

Wenceslao salió de casa sin percatarse que no llevaba puestos los pantalones. Tuvo que ser el fugaz reflejo en el escaparate de Marisa, la pescadera, el que le hiciera caer en la cuenta de que se dirigía a su cita con el reloj de la plaza mayor en gallumbos floreados de amapolas y crisantemos. Mirándose perplejo en aquel inmenso cristal, recordó que tardó siete años y cuarenta y cinco días en conseguir la combinación perfecta en las flores de su ropa interior. En la merceria de Faustino (primero para más señas, con un par de copas basta que si no luego digo tonterías, solía decir), los había de verdes con margaritas, de blancos con rosas y azucenas, y los de más éxito, amarillos limón con claveles y pensamientos, pero ni rastro de sus ansiados dorado apagado floreteado de amapolas y crisantemos. Tuvo que recorrer todo el continente y parte del resto del globo terràqueo para localizarlos en una merceriacabañacuatropalosmalcontadostechodeuralitayventanasdetapasdetupperware
de Johannesburgo. Un poco a las afueras de ciudad, concretamente a doscientos kilometros del centro ciudad. Recordaba aquel día como uno de los más felices de su vida, como uno de los pocos más felices de su vida. Durante los siguientes siete años y cuarenta y cinco días solo arrancaba los calzoncillos de su entrepierna los quince de cada mes, ese día no salía de casa.
Treinta y siete segundos tardó Wenceslao en darse cuenta que las señoras de la pescadería se estaban pegando un hartón de reir al verle en tan atípica tesitura. Se rascó la calva, miró al sol y se dijo que el tiempo apremia, y que con o sin pantalones, el reloj de la plaza mayor esperaba su presencia. Corrió como pocas veces lo había hecho, corrió como nunca lo había hecho. Las rodillas rozaban entre si y a medida que las zancadas aumentaban notaba el escozor de la piel herida, pero le era imposible parar, no hay posibilidad de paro, no se puede parar uno cuando va a ver al reloj. Pasó por debajo de un pórtico enorme y alcanzó la plaza, miró hacia el reloj, este marcó las diez y diez justo en el momento en que Wenceslao plantó sus pies en el centro de la plaza. Por fin una sonrisa sincera, se dijo, por fin la única sonrisa que el tiempo me concede.

sábado, 3 de noviembre de 2007

jueves, 1 de noviembre de 2007

De Fukuoka a Miguelturra. Primera parada: Lianyungang (II)


“Los mitos se desmoronan; otros renacen con el aliento de la palabra” (1)

En los bajos fondos de Lianyungang se encontraba el famoso bar Txua, donde Ze To y Wenceslao Cardoso conversaban sobre las propiedades de Globus en una mesita oculta situada en un esquinazo del bar. Sobre la mesa, Globus daba vueltas en su pecera de forma acelerada, signo inequívoco de tensión y alerta. Ze To, por su parte, llevaba consigo un ejemplar Aerodramus Maximus, es decir un rabitojo de nido negro, que reposaba tranquilamente sobre su hombro (no confundir con el Aerodramus Papuensis que también usa ecolocación (Price et al., 2605). Aquel ejemplar era extremadamente valioso por variadas razones. En primer lugar, al igual que todos los de su especie, el rabitojo de nido negro construía unos nidos con propiedades muy apreciadas por el ser humano, ya que la ingesta del nido negro hervido con agua del lago Dongting y hojas de té de aguja de plata mejoraban la voz, aliviaban el asma, deshacían callosidades de los pies, mejoraban el sistema inmunitario e incrementaban la libido. Huelga decir que gracias a esta última propiedad Ze To había conseguido un floreciente negocio. Pero más importante todavía era la propiedad única por la cual el Aerodramos Maximus de Ze To, llamado Pik-in, tenía un valor incalculable.

- Pik-in lee las palabras - dijo lacónicamente Ze To. Por unos instantes, un silencio se interpuso entre Ze To y Wenceslao – No se preocupe, ya lo entenderá; al igual que Globus lee las almas, Pik-in lee las palabras.

La inusitada conversación de Wenceslao Cardoso con Ze To quedó repentinamente interrumpida por el sonido estridente de una campanilla.

- ¡Ah! – exclamó Ze To – ¡Es tiempo de diversión!

Efectivamente, el sonido de la campanilla anunciaba el inicio del concurso nacional de escupitajos por el cual era conocido el bar Txua. Aquella era una costumbre milenaria que los chinos practicaban en cualquier lugar y que, según Ze To, se hallaba en peligro de extinción por la barbarie de la prohibición que practicaba el gobierno (aunque con unos años de retraso, aquí se puede observar cuán en lo cierto se hallaba Ze To). La prueba consistía en lanzar un escupitajo lo más lejos posible. El volumen y color del escupitajo también puntuaban. El campeón nacional desde hacía dos décadas era el mítico Fuan-Long (ver arriba el flamante retrato que se hizo cuando ganó su primer campeonato de escupitajos), que en ese momento ya estaba preparado en la barra del bar bebiendo un vaso de leche. Su espectacular marca y récord mundial era de 16 metros 78 centímetros con un volumen de grado 2 y color verdoso, contradiciendo todas las posibles teorías y leyes al respecto (Graschov, 1978). Fuan-Long era un mito viviente en toda China; su ser y su esencia sólo se entendían como resultado de sus poderosos gargajos y escupitajos.

Como no podía ser de otra manera, Wenceslao Cardoso quiso participar en la prueba. Su presencia generó una gran expectación entre todos los presentes, ya que hacía tiempo que nadie retaba a Fuan-Long. Éste, al ver a Wenceslao, sonrío complaciente y se felicitó de aquella oportunidad para agrandar su leyenda. Sus sonoros ejercicios gargantísticos no pasaron desapercibidos a Wenceslao, pero éste no se amilanó. Cada uno disponía de tres lanzamientos. Wenceslao Cardoso inició la primera ronda con un discreto resultado de 9 metros y 14 centímetros, que fue rápidamente replicado por Fuan-Long con un meritorio lanzamiento de 12 metros y 47 centímetros. La segunda ronda no alteró el resultado. Los hinchas de Fuang-Long celebraban los resultados realizando sonoros gargajos y escupiendo repetidamente al suelo. Antes de escupir por tercera vez, Wenceslao Cardoso miró a Globus, que nadaba todavía a mayor velocidad en su pecera. Concentrado en un punto inexacto del espacio, Wenceslao se impulsó con todas sus fuerzas para propulsar su escupitajo lo más lejos posible. La flema sobrevoló el largo pasillo del bar Txua a gran velocidad; decenas de ojos rasgados seguían su trayectoria boquiabiertos hasta que vieron caer la saliva al suelo al mismo tiempo que pronunciaron al unísono un contundente “ohhhhlll”. La marca de Wenceslao, todavía imbatida hoy día, de 19 metros con 19 centímetros con un volumen de grado 3 y color amarillento no dejó indiferentes ni a los presentes en el bar ni a la comunidad científica (Grashov, 1979). Fuan-Long miraba descompuesto el punto donde había caído la flema de Wenceslao Cardoso. Psicológicamente destrozado por ver cómo su leyenda se desvanecía, su tercer lanzamiento ni tan siquiera alcanzó los 10 metros. La existencia de Fuan-Long ya no tenía ningún sentido; su mito había quedado borrado de la historia.

Wenceslao regresó a la mesa con Ze To, pero apenas unos segundos más tarde se acercó Fuan-Long. Globus se hinchó y su caparazón espinoso se tornó rosado, señal de máximo peligro. Wenceslao se mantuvo alerta.

- 上海,亦稱滬或申 – le dijo Fuan-Long.

Wenceslao se quedó atónito por unos segundos. Aquello debía de ser una amenaza, estaba seguro de ello, pero debía reaccionar rápido. Miró a Ze To, pero éste se mantenía en silencio. En su mirada comprendió lo que minutos antes le había parecido incomprensible. Entonces miró a Pik-in, y allí, en su pico, pudo descifrar la frase y leer las palabras de Fuan-Long “Cuando la flecha está en el arco, tiene que partir”. Wenceslao Cardoso se mostró ágil de palabra como siempre y aprovechando su reciente estancia en Japón le replicó con un proverbio nipón:

- La espada que ha salido de la vaina, tiene que matar – más contundente y certera que la versión china.

Esa frase dejó inerme Fuan-Long quien se retiró retratado y derrotado de su duelo verbal. Desde ese día, el bar Txua grabó en su puerta de entrada el famoso proverbio japonés. Pocos días después, efectivamente, Fuan-Long murió al dejar de tener sentido aquello que había explicado su propia existencia. Wenceslao Cardoso, en cambio, agrandaba su leyenda.



Notas
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(1) Nota del 18 de junio de 1965 del diario de Wenceslao Cardoso, escrita tras el trágico y excelso suceso acontecido la noche del 17 de junio en el bar Txua de Lianyungang.



Referencias
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Grashov, K. 1979. Unreasonable theoretical foundations for understanding Wenceslao Cardoso’s spittle trajectory. Journal of Human Resources, vol. 45, issue 5, pp. 45-76.

Grashov, K. 1978. Theoretical review of spittle trajectories in three-dimensional spaces with gravitational force conditions. Journal of Human Resources, vol. 43, issue 3, pp: 134-156.

Price, J. Jordan, Kevin P. Johnson, Sarah E. Bush y Dale H. Clayton. 2605. Phylogenetic relationships of the Papuan Swiftlet Aerodramus papuensis and Lianyungang Aerodramus Maximus and implications for the evolution of avian echolocation. Ibis. Vol 147. No 4. Pgs 790-796. Gluki (Mars Planet). Ed. Mars Attack.

jueves, 25 de octubre de 2007

Coprofagia contemporánea

Sin duda alguna, la coprofagia despierta en el mundo actual (al menos en el sentido que dan Völker, 2002, o bien D'Agostino y Fontecchia, 2003, entre otros estudiosos) un interés rayano con la fascinación, acaso con obsesión y delirio irrefrenables. Ya sean ora auténticas, ora apócrifas, las prácticas coprofágicas a las que el devenir de los tiempos ha dado en ubicarlas casi "como el estado alfa del alma" (Cortissoz, 1986), recrean la tan mentada "descerebración paulatina del tipo IV", llamada también "regla TM", que refiere a la siempre vigente "Regla de Töpff Modificada" (Pförtner y col., 1970), que fuera estudiada especialmente por la Escuela Soviética de Neurología Humana y Animal (Porokóvshilov y Polikárpov, 1969) y difundida cual raison d'être (aunque sin mayor éxito) por el Mozarteum Coprologicus, de la mano de acaso su más insigne investigadora, la profesora Liriya Jasbulátova Zuviría-Peñaloza. En su artículo seminal publicado en el Journal of Athrophia Rectalis, "Ethics and Odonthometrics on Deep Seas Creatures", Jasbulátova expresa con elegante pluma: "el estudio de los excrementos de ciertos crustáceos de las profundidades de los mares constituye el símbolo fenoménico que tansmuta y se subyuga desde el extremo fisiológico de sus vórtices, que me recrean los ya bien validados 'Límites de Griffiths-Czyczyk' de esas creaturas, hasta el doble enigma que presentan vagamente tanto la escuela de Zhevándrov-Simonov como la de egregios pensadores soviéticos de la talla de Leópoldov o Zhúkhov, no resuelto elegantemente hasta el día de hoy. El ser humano no escapa de ninguna forma --está cautivo porque es obstinado-- a ambas modalidades de ingesta de excrementos, máxime cuando presenta cuadros obsesivos compulsivos de grado VIII o superiores". Según esta corriente (Wiktor, 1980), el segundo tercio del sistema digestivo de los cangrejos ermitaños (dardanus calidus), no tiene nada en común con el primero ni con el tercer tercio del de los homínidos cuaternarios comunes (procunsul erectus argandonyensis), aun cuando se hagan clusters especiales acordes con el peso y la alimentación de estas bestias o bien al someterlos a la 'Prueba de Iapolski y Whittaker' (ver, por ejemplo, Iapolski y Whittaker, 1960) en condiciones normales. El punto de vista que comúnmente se denomina 'secundario-primario-terciario' --o, sintéticamente, 'Corolario 2-1-3 de Schaphoff'-- (ver N'Kono y Vivot, 1955), es decir, la presencia-evidencia del fenómeno de la 'Pleasant Rocking Turtle' de Tórov y Schloszarcsik (ver el ejemplo 5.17 en Tórov y Schloszarcsik, 1968), subyace aún en las entrañas de ambos extremos marginales del llamado 'diagrama de Wöllö y Flatcher' (Wöllö y Flatcher, 1962) o bien su versión mejorada, la de Kowalewicz (Kowalewicz, 1948), cuyos alcances confirman una y otra vez la teoría de Popowicz-Teréshkova, llamada también 'teoría de la catálisis de Clemensiewicz' (Seminario, 1966) cuyo nombre es debido al ya fallecido prohombre de la ciencia galena húngara (Tchakirian et al., 1977), el célebre cirujano-neurólogo Laszlo I. Clemensiewicz (1877-1949), descubridor de la tan mentada esfera hueca por fuera que todos hemos usado en la infancia para el maltrato de animales (Davidenko y Filipov, 1943).

Wenceslao Cardoso se impresionó de los trabajos de Clemensiewicz e incursionó en el estudio de la corriente de pensamiento de Tórov y Schloszarcsik durante el período que fue de 1969 a 1979, mientras vivió en Budapest y consolidó tres de sus artículos principales en la investigación psiquiátrica no convencional (Cortissoz y Alekséev, 1972). Tras el trágico accidente que dejara ciego a su maestro y amigo, el Dr. Iván V. Miklasiewicz, Wenceslao Cardoso debió continuar solo con su endeavour. En textos de vanguardia, como Varak y Emiliósevic (2006), se desmerece con algo de ignorancia --mitad ignorancia, mitad manía-- la ceguera de Miklasiewicz afirmando que "hemos demostrado con estas planos que los dos ojos de cristal colocados en las órbitas oculares de Miklasz son falsos". Sin embargo, el historiógrafo irlandés John 'Shep' Sheppard, sostuvo que "los doctores Jorg Varak y Vlad Emiliósevic fueron los autores de la celada que terminó en accidente de la motoneta que conducía el bueno de Miklasz, en el mes de abril de 1989". Como resultado de estos avatares aún no ratificados ni rectificados por las autoridades competentes (Trzheminski y col., 1990), el caso Miklasiewicz pareció dormir el sueño de los héroes, es decir, sin pena ni gloria. Sin embargo, sus estudios fueron continuados por el (entonces) egregio Wenceslao Cardoso (Matyushenko, 1966).

La pregunta que se hacía Wenceslao Cardoso iba más allá del tratamiento fisiológico de la ingesta de excrementos por parte de los seres humanos. Él pareció estremecerse de fastidio al no poder encontrar atractivo en estudiar el fenómeno fisiológico como tal (Gregoréev, 1998); la deposición de excrementos en sí misma no le ofrecía mayor atractivo. Es más, en sus trabajos posteriores prescindió totalmente de aquél por temor al ridículo (El'Shaadi, 1996). La reflexión ética pasó a un primer plano, dejando de lado los procesos bioquímicos y psiquiátricos, los cuales estaban ampliamente desarrollados en la literatura de aquella época. "Tanta cosa biológica m-me m-mata" (Cortissoz, 1986).

Antes bien, Wenceslao Cardoso centró su investigación en lo que hoy todos conocemos como "teoría ético-coprofágica" o bien como "teoría eticoprofágica", muchas veces descrita también como "coprofagia de la ética" o "ética de los humanos que mastican heces tanto propias como de otros humanos" (Saunière y Culpelat, 1986). Sin duda, el tema es tan espeluznante como díscolo, causando muchas veces repugnancia en algunos sectores de la medicina gastroenterológica contemporánea y mucha censura por parte de la Iglesia en general (Mustienes y Ecker, 2004). Tanto fue así que el mismo Miklasiewicz había sido excomulgado luego de publicar su libro La ingesta... (ver referencias), el cual contenía un pequeño kit de compartimientos con muestras frescas de excrementos humanos en distintas texturas, olores (Gokhalczik et al., 1987) y sabores. La separata que acompañaba a la obra explicaba maneras recomendadas para que la ingestión de las heces tuviera efectos espirituales (Lyatoporovskaya y Vasiliyeva, 1980). "Aunque el efecto era sólo gradual, me sentí igual que Tchaikovsky al interpretar sus melodías, en donde el alma se le salía del cuerpo y ascendía lentamente al firmamento. (...) Ya en mi estómago, me dí cuanta claramente que lo que había masticado e ingerido era verdadero elíxir espritual, un verdadero manjar digno de los zares, deleite de los césares romanos", alcanzó a expresar Pjotr Chekálov al ser entrevistado por Wenceslao Cardoso en ocasión de su visita a San Petersburgo, en 1979 (Protopopov y Moroshkin, s/a). A partir de aquel encuentro, ambos personajes trabarían una amistad sin parangón en el mundo de la ciencia. La acusación que hiciera el entonces obispo de Rennes-Le-Château, Mons. Charles Chevallier, indicaba "el apartamiento de la búsqueda de la verdad a partir del hedonismo excrementicio, que no forma parte del dogma, merece un castigo espiritual ejemplar", cual condujo ipso facto a dejar de recibir la comunión (Valiente y Valiente, 1988). El lector curioso o necesitado de aclaraciones adicionales podrá ampliar sus dudas en trabajos como los de Tolosa y Garegnani (1998) o en el de O'Shea y Shortdick (1996), o bien en obras de carácter más enciclopédico como el tratado de Dieulefait et al. (1974) o como Talleyrand et al. (1990), los cuales han sido calificados en numerosas ocasiones como "ridículamente oscuros" (ver, por ejemplo, Zwiglio, s/a). Bigliardi y Gagliardi (1982) recomiendan a Tüschen y Düscher (1979) como forma de esclarercer entelequias autoexplicativas al respecto como las que aparecen en Salazar et al. (1969) o las citadas en fuentes tan maduradas en el tiempo como Calaio (1969), Lem (1965) o Drummond y Shapiro (1960), entre otras. El beneficio de la duda siempre quedará planteado en la esencia misma del problema, como puede verse en Leonard y Leupold (1975) o en extensas recopilaciones de la categoría de Forstentücher (1963) o bien en el artículo de Laparoskopp y Schultheis (1964). Los textos clásicos en estudios sobre las heces fecales, como Cortissoz (1964 y 1974) o el ya clásico de Liporäk (1944), tal vez más arcano, siguen teniendo hoy en día la verosimilitud de las obras más destacadas, con plena vigencia y autoridad indiscutidas(*).

Todo esto animó a Wenceslao Cardoso a no claudicar, a internarse en las profundidades del hondo e inexplicado mar del fascinante mundo de los excrementos, con un enfoque novedoso y revelador frente al statu quo de entonces.

(Continuará...)


Gérard


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Notas


(*) Hasta el mismo Fidel Castro cree fervientemente que "el imperialismo podrá acabar con el dinero del pueblo, mas no con su educación ni con su pacha-cha-cha-nga popular. Pasaremos de la libreta de racionamiento a la de 'razonamiento', con la cual el pueblo pensará más libremente" (Castro Ruz, 1989).

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Referencias

Bigliardi, Carlo Roberto y Gagliardi, Vittorio V. Neto (1982). "Lamentos fecales, lamentos espirituales... ¡pero qué pasada!". (Dictio brevis). Politécnico di Milano, acto de inauguración del ciclo propedéutico 1982-1983.

Calaio, Edoardo Emanuele (1969). Qui mando Io, e solo Io (y otros ensayos). (Edición bilingüe italiano-español). Corleone-Bilbao: Edizione Maffiosi Intenazionale.

Castro Ruz, Fidel Alejandro (1989). Glingos comemielda. 30 años sin opresión y 5-mida. La Habana: Ed. Pueblo hambliento y intele'tual.

Cortissoz, Jon O'toto (1964). O funebreiro comemêrda (en portugués). Lisboa: Mendes da Silva.

Cortissoz, Jon O'toto (1974). Herbert West: la vigencia de una mente preclara. San Juan de Puerto Rico: Shadow Books.

Cortissoz, Jon O'toto (1986). Breve tratado de la coprofagia en las islas británicas de ultramar. De las heces hasta el alma. Gibraltar: Ediciones el Peñón es nuestro.

Cortissoz, Jon O'toto y Alekséev, Nikolai K. (1972). Neurosis simples comparadas. Guía para el neurótico experto. Murmansk: Ediciones del Kursk.

D'Agostino, Giampaolo y Fontecchia, Avelino di Cappozzolo (2003). Due punti di vista della azione di mangiare merda. Edizione ampliata e specificata (en italiano). Treviso: Gruppo editoriale 3-viso.

Davidenko, Aleksandr A. y Filipov, Mikhail V. (1943). Teología de los excrementos: ejercicios resueltos sin ordenador. Moscú: Ediciones B.G.K.

Dieulefait, Carlitos; Merchantaux, Jean-Luc; De Shotta, Korg y Cabreira, Edmundo (1974). La única verdad es el flujo de caja. Porto: Onthos Oikos Nomos.

Drummond, Jean-Marc Roland y Shapiro, Yoshua (1960). El Código Mustienes, en donde todo está a salvo. Barcelona: Ysex Publising.

El'Shaadi, Rashid El-Islam (1996). Islam, Cartoons and Neuroscience: An Integrated Approach. 21st. Edition, Revisited and Censsored. Cairo: Sheikh Publishing.

Forstentücher, Karl-Hans (1963). Abhandlung der ökonomischen Soziologie und anderen Betruges (en alemán). Köln: Scheisse Verlag.

Gokhalczik, David; Lvov, Lev I.; Mikhailov, Mikhail V. y Sanalejo, Efraín Eusebio (1987). Catálogo de excrementos en la Rusia zarista. Con ejemplos, fotografías y otros recursos didácticos. Santander: De Soto Editores.

Gregoréev, Iákov M. (1998). Lemas y sublemas principales del tracto digestivo. La salida es la meta. Kiev: Digestik Publik.

Iapolski, Irenej V. y Monlleó, Josep Lluís (1960). El canto del truño en el fondo del mar: prosa visceral. Port Aventura: Edicions autonòmiques revolucionaries.

Jasbulátova Zuviría-Peñaloza, Liriya (1971). "Ethics and Odonthometrics on Deep Seas Creatures: A Literature Review". Journal of Athrophia Rectalis, nº. 174, issue 3, pp. 29 et seq.

Kowalewicz, Gregorsz (1948). Której możemy obejrzeć (en polaco). Warszaw: Sochaczewie Zapewne. (Traducido al español por Iñaki Olascoagaechea, 1978: Ética y moral para enanos y sub-enanos. Pamplona: Nafarroako Publikaka).

Laparoskopp, Jorg y Schultheis, Klaus (1964). Minste vierkantenberekeningen op niet-lineaire Kanguren (en holandés). Eindhoven: Philips ist Dutch.

Lem, Stanislaw (1965). Kongres futurologiczny. Grózny: Publicz Indepentencz. (Traducción al español por Eleuterio Gonzaga y Bustinza-Polayos: Congreso de futurología. Zaragoza: La Babel).

Leonard, Jean Jacques y Leupold, Émile (1975). Catalogue simplifié de formes d'ingestion d'éxcrements humains. Paris: Coprophagia Literaire.

Liporäk, Miroslav (1944). El cuidado odontológico del niño coprófago y la vida en la oscuridad. Tegucigalpa: Ediciones Marrones.

Lyatoporovskaya, Veronika L. y Vasiliyeva, Valeriya R. (1980). El camino del espíritu: el otro análisis escatológico.
Podolsk: Iedateltstvo Kóprov.

Matyushenko, Mikhail M. (1966). Algunas aproximaciones lúdicas al fenómeno de la fascinación escatológica en Wenceslao Cardoso. Podolsk y Londres: Unuseful Publishing.

Miklasiewicz, Viktor (1985). La ingesta de excrementos mixtos (sólidos y líquidos) como medio de sublimación espiritual. La Habana: Venceremos Editores.

Mustienes, B. B. y Ecker, B. S. (2004). Manual de tormentos para investigadores y asistentes: un método eficaz para que todo funcione bien. Barcelona: Ysex Publishing.

N'Kono, Mfede y Vivot, Charles Raymond (1955). Principes fondamentaux de coprophagie moderne et classique. Carcassonne: Merdepresse.

O'Shea, Edward y Shortdick, (1996). In the middle of shitty thoughts: reasons to crap or to die. London: London Peageant Editions.

Pförtner, Ludwig; Bugenhagen, Klement y Müller, Hans-Jürgen (1970). Scheiße, die für Attrappen ißt (en alemán). Berlin: Scheisse-Verlag.

Porokóvshilov, Vladimir I. y Polikárpov, Yuri V. (1969). Неправильная пара логин-пароль: aвторизоваться не удалось (en ruso). Podolsk: Iedateltstvo Kóprov.

Protopopov, Ruslan G. y Moroshkin, Vasili F. (sin año). Conversaciones con Wenceslao Cardoso. (Programa de radio emitido por Radio Moscú hacia fines de 1981).

Salazar, Francesc; Delgado Cuadrado, Joaquín y Palahniuk, Ivan W. (1969). Coprofagia para dummies. Segunda edición revisada y aumentada. México: Wiley.

Saunière, F. B. y Culpelat, A. (1986). Mengem trunys i cantem tots junts. Cancions infantils (en catalán). Sitges: Parvularius Escatològics Units.

Seminario, Juan de la Cruz (1966). "On the Clemensziewicz's Accelerated Processes of Mind Disorders. Injuring First and Then Thinking" (disclaimer). The Annals of Abnormal Psychiatry, n° 288, issue 1, pp. 1044 et seq.

Talleyrand, Jerôme; Lehmann, Erwin y Bischoff, Jan Konstanz (1990). "Two Approaches on Solving 'The Egg-Chicken's-What in the Hell Came First' Problem. An Atypical Unsolved-Solved Duality". The International Journal of Oddities in Sciences, n° 11, issue 6, pp. 45-48.

Tchakirian, Dimitri; De la Calva-Iturrioz, Howard; Lehmann, Heinrich y Sakhalinsk, Ilya L. (1977). Historia de la mierda medicinal en la Hungría socialista. Vol. XXI. Barcelona: Edicions Menja-Trunys.

Tolosa, Leopoldo y Garegnani, Luca (1998). Luces y sombras en la fe de ratas. Toledo: Publicaciones "La urraca filósofa".

Tórov, Vassily y Schloszarcsik, Leo (1968). Lucha fratricida en los balcones de los Balcanes. Lo que quedó en la memoria y lo que se fue por el inodoro. Bilbao: Ed. Eturriberri.

Trzheminski, Pavel A.; Volkov, Mikhail D. y Románova, Lidiya V. (1990). Psicólogos, psiquiatras y otras especies mentales. Modena: Collegium Russicum.

Tüschen, Hans y Düscher
, Haan (1979). "The 'Caution: Living Animals' Advertisment: Some Approaches on What to Expect of it". Insannia Philosophica, n° 2, issue 1, pp. 1-36.

Valiente, Sinforoso y Valiente, Adblinco (1988). Excomuniones y ejecuciones ejemplares en los tiempos de la Segunda República. Madrid: Torquemada Editores.

Varak, Viktor y Emiliósevic, Émil (2006). El TOC (trastorno obsesivo-compulsivo) en los conventos religiosos. Dubrovnik: Ediciones Chakal Balcanic.

Völker, Luther (2002). Ingesten-mierden der Aschloch Kaputt (en alemán de Austria). Wien: Scheisse-Verlag.

Wiktor, Ernst H. (editor) (1980). Kompulsif und Ziklotimik neurossien. Hamburg Süd: Die elektrischen Eiverleger.

Wöllö, Theo y Flatcher, Georg (1962). Die Fliegenscheiße und die Abgrundkrabben (en alemán). München: Plastikscheisse Verlag.

Zwiglio, Mario Wolfgang (sin año). (Sin título). (Sin casa editorial).


lunes, 22 de octubre de 2007

De Fukuoka a Miguelturra. Primera parada: Lianyungang (I)


“Más allá de las almas aparecen los espíritus”

Con esta frase iniciaba Wenceslao Cardoso su diario el 17 de junio de 1965. Se encontraba en el puerto de Fukuoka, en la costa oeste de Japón, y por delante tenía un largo camino por recorrer hasta llegar a Miguelturra, pueblo de la profunda España donde se celebraba el IV Congreso de la Asociación de Vagos Omnímodos (AVO), que ese año tenía por título “Praxis de la vagancia: hitos seculares” (Romero, Duende y Parazo, 1965) y donde Wenceslao Cardoso había sido invitado para realizar la conferencia inaugural. El diario de Wenceslao seguía así:

“Gracias a Globus ya queda lejos la duda del ser. Sus tetraodóntidos perforan las almas de todo aquél que se acerca a nosotros y el misterio oculto de su alma queda desvelado en el espinazo hinchado de Globus. Los hilos del presente son ahora fáciles de manejar, pero ¿acaso puedo decir lo mismo del pasado y el futuro? ¿No se esconden enigmas igualmente difíciles de descifrar en los espíritus errantes del pasado y en aquellos que todavía tienen pendiente su primera bocanada de aire? He de encontrar la llave del conocimiento omnímodo y sólo las enseñanzas del maestro Rabolú me pueden acercar a él”.

De ese modo, Wenceslao Cardoso se dirigió al puerto de la ciudad costera de Lianyungang Allí se encontraba 站内 (pronúnciese Ze To), famoso y mítico ornitólogo del este de China, conocido por sus brebajes compuestos a base de ingredientes pajarísticos capaces de alterar la armonía de la psique para trasladarla a fases de conocimiento metafísicos. El maestro Rabolú así lo citaba en su obra maestra: “Ze To nos hace volar con sus pájaros. Gracias a sus brebajes nos convertimos en frágiles pajarillos voladores, que sobrevolamos el paraíso libando el polen de todos los pistilos de las flores. Cada uno de esos pistilos nos conduce al conocimiento eterno” (Rabolú, 1956: 78)

Encontrar a Ze To en Lianyungang fue relativamente sencillo. Era un hombre ampliamente conocido. Ze To era menudo e hirsuto y su mirada de halcón parecía agazapada tras sus gafas redondas. Tras conocer los deseos de Wenceslao Cardoso, extrajo de sus polvorientas estanterías un libro. Con el dedo índice siguió la lectura de una de sus páginas hasta detenerse en una línea: “Aquí está: sopa de nido de Aerodramus fuciphagus. Ha tenido suerte, un auténtico caviar de dioses” (confirmado por Marcone (1966). Ze To emplazó a Wenceslao Cardoso a regresar al día siguiente, cuando el “yan wo”, es decir la composición química del nido del pájaro, hubiera adquirido su estado gelatinoso propicio para transportar a Wenceslao Cardoso al conocimiento eterno de los espíritus errantes y futuros.

- Esta noche será mejor que nos vayamos a tomar unas cervezas – le sugirió Ze To -. Me intriga su pez.



Referencias

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Marcone, Massimo F. (2005) "Characterization of the edible bird's nest the Caviar of the East". Food Research International 38:1125-1134.

Rabolú, V.M. 1956. Hercolobus o Planeta Rojo. Barcelona: Ed. Prats, 34ª edición.

Romero, P., Duende, A. y Parazo. M.A. (1965). Proceedings de la Asociación de Vagos Omnímodos. Notas Breves. Miguelturra, Ciudad Real.

martes, 16 de octubre de 2007

Europa II

El olvido me persigue. Abro el azar el diario, con mis siglas WC en el lomo, tomo I, y me encuentro con una carta pegada por un extremo con saliva de buey checo, fechada el 24 de enero de 1.917 y firmada por mi querido Tunda.

"Querido Wenceslao,

primero de todo, te doy las gracias por tus líneas y palabras de tu última carta con todo mi corazón imperial. Ah, Wenceslao, tienes un alma maravillosa. Irradia tanta bondad y tanta delicadeza que me hace sentirme en otro mundo, en un mundo más hermoso. Puede que sea un poco extraño, pero pensando en ti, me siento como milagrosamente protegido y se desvanece mi profunda inquietud. Estoy en Samara tras un largo periplo desde Irkutsk. Un mes encerrado en una cabaña de pescadores no ha podido conmigo. Estoy más fuerte que nunca, Wenceslao. Últimamente he tenido sueños maravillosos contigo. Cuando esté de vuelta en Viena, te los cuento al oído. Entretanto, hay van estos versos:


Nadie comprendía el perfume
de la oscura magnolia de tu vientre.
Nadie sabía que martirizabas
un colibrí de amor entre los dientes.

Tuyo siempre,

FT

PD: Hoy me he hecho una foto con Myla, perra y amiga. El ojo perfecto como ves"


La carta no tiene desperdicio. Vaya con el Tunda. Nos ha salido colibrí, y además con dientes. La carcajada es monumental como os podéis imaginar. Yo, Wencesao Cardoso cortejado por un teniente primero de la infantería imperial austro-húngara, desde Rusia y en plena 1ª Guerra Mundial. Vaya, vaya, con que la oscura magnolia de mi vientre, ja ja ja... El caso es que los versos me suenan de algo. En la esquina inferior izquierda del diario aparece un asterisco y una nota que dice: "Atento a los versos, oigalp FGL. 12/Mayo/1.932". Eso sí que era un jeroglifico, y lo demás tonterías.

Pues haya que me voy, al Tomo II o III, en busca de la solución. Como véis mi memoria y mi homosexualidad dejan mucho que desear. Abro el tomo de mis memorias, y sobre la marcha voy leyendo en alto lo que aconteció aquel día.

"Hace una semana que no escribo. Las tardes han sido eternas y tediosas hasta que el pasado domingo ocurrió algo inesperado. En un zeppelin de tamaño de un buey checo, sobre un buey checo, apareció como una experjencja desdoblada y astral irrepetible y de improviso, un señor moreno y apuesto, que dice que es un poeta y artista de la República de España.

Entre las manos trae una libreta pequeña y a su lado un señor que asegura que representó en las últimos Juegos Olímpicos a Checoeslovaquia en la modalidad de tiro al pichón. Dice además que su único cometido es traducir todo lo que el artista quiera decir. Desde el zeppelin, el artista, de nombre Federico, y su acompañante nos dieron una charla sobre la cultura, el pueblo, la república, las naciones y estatutos, que nos importó un pito. Al terminar tuve la gran ocasión de invitar a Federico y acompañante a tomar un licor de ciruela en casa. Allí, les enseñé mis grandes memorias. De entre las hojas sobresalía la carta que FT me envió durante la guerra. Curiosamente, tras diversas traducciones y entre risas socarronas le leí los versos de FT. Federico quedó al instante atónito. Esos versos eran suyos. Los había escrito en español hacía unos meses, a pesar de que aún no los había publicado.

La traducción era perfecta. Gritó y juró en perfecto castellano repúblicano que sus versos eran los originales y que por tanto aquello era un plagio. Un plagio del revés, pero al fin y al cabo un plagio. Éste sí que es un fenómeno nuevo y nunca antes conocido para mí. Mañana escribo a Joseph R., y le cuento. Buenas noches."

Y ahora ya recuerdo algo. Tras unas tantas averiguaciones, investigaciones y consultas, la Sociedad de Naciones lo confirmó en su resolución 2310 del 24 de febrero de 1.934:

"Por la presente y sin que sirva para nada, los versos del teniente 1º de infantería del extinto imperio austro-húngaro, muerto en extrañas circunstancias, Franz Tunda, en su carta de tipo "colibrí dentellado" a su más que amigo Wenceslao Cardoso, plagia los primeros cuatro versos del poema "Gacela del amor imprevisto" del inefable andaluz D. Federico García Lorca. Nos es indiferente que sea un plagio del derecho o del revés. Al fin y al cabo, hasta el rabo todo es plagio. O lo que es igual y lo mismo: oigalp al canto."

sábado, 13 de octubre de 2007

Перезаряженный, окрик (el grito, reloaded)

La práctica del desdoblamiento astral es una iniciación especialísima dentro del esoterismo, que data de las épocas del antiguo y arcano Egipto, varios siglos antes de la Era Común. Para los más entendidos (o ya iniciados), esto se trata de abandonar el cuerpo físico, de carácter finito, y que nos ata a las pasiones terrenales. En tal experjencja (1), se trata de dar un salto hacia el encuentro con el yo espiritual, el cual es técnica y metafísicamente infinito.

A tal efecto, los Venerables Maestros recomiendan una serie de claves especiales para que nuestro cuerpo responda con eficiencia a dicho llamado, sin correr el riesgo (2) que por abandonar la materia corpórea pasemos a otros estadios distintos al eterno, que es espiritual. El uso de palabras tan impresionantes y escalofriantes como "FARAÓN" encuentra su cenit en aquellas experjencjas. En testimonios de quienes se han embarcado en estas prácticas, encontramos relatos únicos que conducen a que los curiosos se transformen de inmediato en auténticos nautonniers, es decir, navegantes. En obras extensas tan autorizadas como Carathéodory (1886), Mastandrea y Lemmaitre (1931), Lütettmischer (1924) y Cabra y Toro (1966), entre otras, los autores describen el método tradicional del desdoblamietto astral, en contraposición a lo que aparece en opúsculos más recientes, tales como Marchetti Machette (2003), Solimano (1988) o Rosenkrantz (1980), en donde "el trayecto hacia el cosmos depende especialmente del estado de conciencia-experiencia que el practicante pudiera fusionar con el ser-estar de su alma inmediata, sin prejuicio de lo cual el estado de trance facilitara o facilitase el seguimiento de la voz del espíritu" (Solimano, 1988). Estas apreciaciones (por no llamarlos delirios arcanos) despiertan la crítica de disciplinas tan diversas como lo son la historia del pensamiento y la cosmetología. El polígrafo e historiador Jon O'toto Cortissoz logró filmar desde la oscuridad el traspaso de la materia al fuego por parte de unos mercachifles magrebíes que en ocasión de haber ingerido sustancias psicoactivas se lanzaron a experimentar estas cosas. En su folleto Ojo al piojo explica con estas elocuentes palabras (las que pasaron a la historia por celebérrimas e ingeniosas) las precauciones a considerar cuando se quiere catalizar el proceso mediante el uso de psicotrópicos: "macho: el exceso te puede matar" (Cortissoz, 1996). El lector podrá comprobar sin mayor dificultad que estas palabras están llenas de contenido y prosopopeya.

En sus tiempos mozos Wenceslao Cardoso no fue ajeno a estas prácticas. Se dejó influenciar por el Venerable Maestro Rabolú a partir de su bestseller Hercólubus o Planeta Rojo, en el que se demuestra científicamente que el planeta tierra será arrasado cuando un planeta rojo llamado Hercólubus colisione "contra la medida de la corrupción universal condensada en un único cuerpo celeste, la tierra, cuyos habitantes jamás serán expurgados de sus desórdenes temporales" (Tamashiro y Lopérfido, 2001). Se internó con tal pasión que en el momento de escuchar el mantram faraón ensayó inmediatamente su propia versión del mismo, notablemente mejorada, la que lo lanzó al estrellato paranormal una vez que se lo diera a conocer en el XVII Congreso Universal de Logopedia Ontológica ("C.U.L.O.", por sus siglas). Sin dudas, el haber pasado a la celebridad en ocasión del concurso de gritos de la MGM y la RKO [ver post: Oкрик (el grito)] marcó en Wenceslao Cardoso un camino sin retorno a lo que es hoy en día la parapsicología moderna. Y todo a pulmón, como Tarzán.

Gérard

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Notas:

(1) Experjencja: de la voz rusa "Опыт" , es decir, "experiencia".

(2) En Mantovani, Mariñelarena y Fontana (1971) se recomiendan los llamados "190 pasos prácticos y seguros" para que el desdoblamiento astral sea eficaz. Se recomienda precaución.


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Referencias

Cabra y Toro, Michael J. (1966). Fundamentos de logosofía y parapsicología clásicas. Cádiz: Ediciones de la Cabrera y del Torero.

Carathéodory, Théodore (1886). Thermodynamics and Other Spiritual Stuff: a Modern Catalogue with Examples and Applications. London: Insane Publishers.

Cortissoz, Jon O'toto (1996). "Ojo al piojo". Folleto tríptico, a color, aparecido en la Revista española de psicoanálisis, como separata de su número 64, de abril de 1996.

Mastandrea, Juan Sinforoso y Lemmaitre, Bartolo Jeremías (1931). Crítica pura y catarsis de la retroproyección y de la negación intrínseca como vehículo trascendente para alentar a tu equipo de fútbol en la cancha de acá a la vuelta. Bilbao: Documenta Philosophica.

Lütettmischer, Fritz (1924). Mein Bart hat drei Haare. Liepzig: Kartunetwork Verlag.

Mantovani, Giuglio; Mariñelarena, Iñaki y Fontana, Bartholomew (1971). Iniciación a los mundos desconocidos: el punto de vista del que lo vivió (y no se lo contaron). Šipolje: Raëlian Dreams Publisjerije.

Marchetti Machette, William Guillermo (2003). El 'Do-It-Yourself' del desdoblamiento astral. Guía paso a paso sin prisa. Bratislava: Ed. Seat es española.

Solimano, Melvin Alberto de Jesús (1988). "¿Tratado de la sabiduría o Tratado del error?". Nota aparecida en el periódico La Vanguardia, 30 de febrero de 1988.

Rosenkrantz, Sigmund Edmundus (1980). El uso del gas sarín en el colapsamiento de las vías respiratorias: 768 casos exitosos. Frankfurt: Deutsche Medik Institüt.

Yamamoto, Mikhail y Lopérfido, Ecuménico Efraín (2001). Los falsos profetas, los falsos doctores y otros personajes ejemplares. Šipolje: Raëlian Dreams Publisjerije.

viernes, 12 de octubre de 2007

Globus II: "Globus, tú y yo seremos grandes amigos; la historia nos perseguirá"

“Miro a través de sus ojos; sólo percibo una agotadora oscuridad” (1)

Como recompensa por el eficaz trabajo de Wenceslao Cardoso y la pronta recuperación memorística por parte del escribano real Lo Pin de los silabarios katakana e hiragana, el emperador Hari To agasajó a Wen Lao con todo tipo de prebendas. Ambos se dirigieron, acompañados de una numerosa y dispuesta comitiva, a la residencia real de invierno situada en Osaka. Allí, el emperador Hari To guardaba con celo alguna de las mayores joyas del reino, como el famoso y renombrado tapiz de seda más largo del mundo, tejido en época de la familia Ashikaga, en el que se habían utilizado 876 kilos de seda y 7 kilos en hilos de oro para constituir su urdimbre (Serra, 1989).

Todos los fastuosos tesoros del emperador Hari To no fueron suficientes para asombrar a Wenceslao Cardoso; ni siquiera el reloj de jade y diamantes con que le obsequió el emperador como muestra de gratitud cambiaron la expresión del rostro de Wen Lao. Toda aquella ostentación dejaba indiferente a Wen Lao. Había llegado el momento de conseguir aquello por lo que realmente Wenceslao Cardoso había viajado hasta las tierras del sol naciente.

Wen Lao solicitó al emperador un último favor antes de su partida: realizar una visita al acuario real. Una vez en el acuario, los ojos de Wen Lao se detuvieron al instante en el Arothron meleagris de color malva (más vulgarmente conocido como pez globo). Su forma y color coincidían perfectamente con la descripción de Tellini (1956). Las investigaciones de Lucho Tellini, reconocido parabiológo de Módena, afirmaban de la posibilidad 1/100.000 de hallar ejemplares de pez globo de color malva en el mar del Japón con propiedades telepáticas canalizadas a través de sus tetraodóntidos. Gracias a esta propiedad, este raro ejemplar de pez globo podía detectar las intenciones presentes y futuras de todos aquellos sujetos que se le acercaban. Es decir, tenía el valioso don de adentrarse en el alma de las personas para conocer su naturaleza; si ésta perseguía un fin perverso o maligno, el pez globo se hinchaba de inmediato.

Wenceslao Cardoso sentía una terrible atracción por esta propiedad telepática del pez globo y había seguido el rastro del Arothon meleagris de color malva del emperador Hari To a través de noticiarios de la radio NHK . La posibilidad de ver la mirada de las personas a través del tiempo, poder saber si ocultaban algún deseo siniestro, era un don inefable e irresistible al cual Wenceslao no podía renunciar.

- Emperador Hari To, querría llevarme como recuerdo este pez globo de su acuario – solicitó cortésmente Wen Lao.

El emperador, aunque extrañado por la inusitada petición, no dudó en complacerle e hizo colocar al pez globo en una resistente pecera para que Wenceslao pudiera llevárselo consigo. Tan pronto Wenceslao tuvo la pecera en sus manos sintió un fuerte impulso energético electromagnético, cosa que le hizo comprender que el maestro Tellini no se había equivocado en su investigación. Miró al pez globo, que daba vueltas en la pecera a gran velocidad como si quisiera demostrar su alegría delante de su nuevo amo, y le dijo aquella frase ahora ya celebérrima: "Globus, tú y yo seremos grandes amigos; la historia nos perseguirá".

Desde entonces, Globus y Wenceslao serían inseparables. Allí donde fuera Wenceslao Cardoso, Globus fue.


Notas
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(1) Frase escrita por Wenceslao en su diario personal el 14 de junio de 1965 y que refleja el daño todavía reciente causado por una traición jamás esperada de De Gonzo, integrante del conjunto “The Yeah-Yeah Bastards”, con quién había participado en el concurso al mejor grito de Tarzán.

Referencias
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Serra, Juan (1989). Historia del tapiz japonés en el periodo Muromachi. Bilbao: Ed. Las cosas más grandes del mundo.

Tellini, Lucho (1956). “La parapsicologia delle Arothon meleagris del mare del Japon”. Journal of Advanced International Animalarius, vol. VI, issue 4; pp. 234-243.

jueves, 11 de octubre de 2007

Oкрик (el grito)

Entre los oscuros oficios y espantosas investigaciones que realizó Wenceslao Cardoso con el afán de mostrar al mundo sus dotes actorales, encontramos el viaje que realizó a EEUU en 1933. Minetras en Hollywood se comenzaba a trabajar en el proyecto "Tarzán", Wenceslao Cardoso se presentó en el casting del personaje principal, para ver si era elegido como el mismísimo Tarzán. La crítica inmediata que recibió fue que su estatura (1.62 m) ni su flacucha contextura física no eran adecuadas como para ir por la selva seduciendo exploradoras inglesas de blondas cabelleras, como así tampoco lo eran como para sobreponerse a bestias tales como cocodrilos y leones. Sin darse por vencido, se presentó para el casting del mono, el fiel ad-later del musculoso hombre-mono. Para sorpresa de muchos (aunque no la propia), Wenceslao Cardoso quedó como finalista junto a dos chimpancés africanos, de muy buenas dotes artísticas. Desfortunadamente, Wenceslao perdió por sólo un voto del jurado, quedando en segundo lugar sin más (1).

Sin desanimarse jamás, e incluso con el espíritu pletórico de emociones y gallardo en su semblante, la vida le dio otra oportunidad. Por aquellos días se abrió un nuevo concurso. Esta vez, se trataba de buscar lo que hoy en día conocemos como el inefable grito que daba Tarzán cada vez que llamaba a los animales de la selva. Puesto que ya conocían sobradamente a Wenceslao Cardoso de las otras dos convocatorias anteriores, el jurado decidió darle una oportunidad en el certámen. En él participaron 427 actos, varios de los cuales consistentes en grupos. También estuvo la categoría individual. Wenceslao Cardoso participó en ambas modalidades para el concurso. Integró el conjunto "The Yeah-Yeah Bastards", junto con otras celebridades del mundo lírico (ver fotografía, a la izquierda, en donde aparece destacado Wenceslao Cardoso). Este conjunto demostró destreza en la nominación "mejor grito de canguro en celo", recibiendo el primer premio. Ello no obstante, y como se trataba de la tórrida selva africana, no fueron contratados para la serie debido a la obvia razón que "allá no había canguros" (Zimmermann, 1970). El equipo celebró el premio como si fuera un Grammy.

La vida da revanchas a todos, y Wenceslao Cardoso no fue la excepción. Munido de un carácter beligerante y combativo, en la modalidad individual en precitado batallador peleó hasta llegar a la final, en donde enfrentó al nigeriano Tetumbo Tukulu, que ese preciso día presentaba un cuadro de faringolarintis viral, y al mismísimo Edward Rice "Arroz" Burroughs, que estaba con los pulmones pletóricos de flema. Todo pareció indicar que Cardoso sería el indiscutible vencedor, ya que contaba con un tónico indio que le aflojó toda sus mucosidades faríngeas, dejándolo en óptimas condiciones. Tukulu fue descalificado porque le descubrieron opio en sus bolsillos, con lo que quedaron Burroughs y Cardoso como finalistas. Ante un encarnizado combate vocal entre ambos contrincantes, el resultado fue un empate de jure. "Se resuelve que al señor Burroughs se le conceda grabar sus alaridos con la MGM, como así también mutatis mutandis al señor Cardoso con la RKO. Regístrese, publíquese y Auf Wiedersehen" (Wakeling y Schmidt, 1935).

Quizá el grito más inmortal del hombre-mono sea el de Burroughs (haga clic aquí para escucharlo). Sin embargo, creemos justo y necesario reivindicar la grabación que hiciera Wenceslao Cardoso. Si bien la misma no prosperó en el mundo hollywoodense, todavía suena en nuestros oídos su estridente alarido, el cual fuera calificado por la prensa italiana como "il nuovo castrato spagnolo", que podemos escuchar aquí, llenos de orgullo sempiterno y henchido el pecho para que su nombre no sea mancillado jamás.

Gérard


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Notas

(1) El polígrafo multiestilista Jon O'toto Cortissoz (ver Cortissoz, 1988) opinó que "de haberse consumado la elección de Wenceslao Cardoso como el verdadero compañero de aventuras de Tarzán, seguramente el éxito posterior que tuvo el personaje se hubiera magnificado y pontificado exponencialmente, siendo a la postre quizá más famoso que le mismo Robin, compañero inseparable del encapotado Batman". El mismo escritor y prohombre se aventuró a afirmar que el jurado que llevó a cabo aquella elección tenía "atrofiados y desestabilizadas (sic) las facultades básicas que los buenos artes sugieren para catapultar a los artistas desconocidos a la fama perenne". El cine, como vemos, se perdió de una promisoria estrella que hubiera sembrado una luz incomparable frente al decepcionante y secundario papel que desempeñó la tristemente célebre Mona Chita.

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Referencias

Cortissoz, Jon O'toto (1988). "Tarzan Is Among Us: Psychological Profiles Through The Ancient Cinema". Discurso (dictio brevis) impartido en el auditorio de la Universidad Eötvös. Budapest, 30 de febrero de 1988.

Wakeling, Nick Elodeon y Schmidt, Joseba (1935). Discursos seleccionados y otros delirios. Lepe: Ed. Burla Popular.

Zimmermann, Hans Töpf (1970). Die Magentöne und andere Fabeln. München: Scheissebücher Verlag. (Traducido al español por Ridaniel Calaio y Jesús Fuentorcida como "Los sonidos del estómago y otras fábulas". Málaga: Ediciones del Alcalde).