jueves, 13 de diciembre de 2007

De Fukuoka a Miguelturra. Wenceslao sale disparado de Ispahán


Los gritos de Moin Ab-Dal pudieron oírse en todo el tren. Invocó a Alá y le pidió la presencia de una mujer para poder retornar a Wenceslao a sus orígenes morfológicos humanos. Moin Ab-Dal se disponía a realizar su famosa magia llamada “transformación matérica traspasando la velocidad de la luz”, origen complejo del famoso y más conocido espectáculo del “hombre bala”. Pero para ello Moin Ab-Dal no necesitaba una mujer cualquiera. Pronto entró por la puerta del compartimiento Fatima Abu Mon, conocida por ser la única mujer de todo el valle de Ispahán capaz de romper los lomos de un dromedario con su peso. Sus piernas parecían dos columnas jónicas, sus brazos eran cañones de guerra, su cuello no envidiaba al de un toro miura, pero lo más espectacular era su gigante, incomparable e ilimitado culo. La espectacular prominencia trasera de Fatima Abu Moin podía servir de mesa para una cena de diez comensales.

Moin Ab Dal levantó los faldones de Fatima Abu Mon e introdujo en su recto a modo de supositorio a Wenceslao Cardaso, ahora convertido en crisálida. Posteriormente, Moin Ab Dal colocó un tapón de corcho en el ano de Fatima Abu Mon para evitar una expulsión fortuita antes de tiempo. Una vez realizada esta operación, Moin Ab Dal abrió la ventana del compartimiento y condujo a Fatima Abu Mon junto a ella. Allí le hizo situarse de espaldas a la ventana y luego le pidió que se agachara sin doblar las rodillas para quedar en posición de “expulsión anal”. De nuevo, Moin Ab Dal le levantó los faldones dejando su trasero al descubierto y con la ayuda de cinco hombres levantaron a Fatima Abu Mon en esa posición hasta que la hicieron encajar con el marco de la ventana.

Una vez realizada esta operación, Moin Ab Dal comenzó a dar de comer a Fatima Abu Mon un potaje de legumbres hecho con los famosos garbanzos perdigoneros árabes. No se sabe a ciencia cierta – hay discrepancias según las fuentes – si Fatima Abu Mon comió 5, 10 ó 15 kilos de garbanzos. Lo que sí sabe – aquí hay unanimidad entre los diferentes escritos hallados – es que Fatima Abu Mon estuvo 3 horas y 27 minutos comiendo garbanzos perdigoneros regados con un zumo de berenjena y tomillo.

Tras esta ingesta el marco de la ventana parecía que iba a estallar en mil pedazos debido a la presión causada por el incremento volumétrico de Fatima Abu Mon. Moin Ab Dal colocó un trapo mojado en leche en la boca de Fatima Abu Mon para facilitar el proceso de metanización en el intestino grueso. Tras pasar 1 hora y 16 minutos en esa posición, con culo y boca obturados, Fatima Abu Mon guiñó con complicidad el ojo a Moin Ab Dal, dándole a entender que el momento había llegado.

Moin Ab Dal dio unas pinzas de gran longitud a un zagal que se encontraba expectante en el vagón y le ordenó a que se subiera al techo del vagón y le sacara a Fatima Abu Mon el tapón de corcho del culo desde lo alto del tren, ya que no quedaba un milímetro libre para hacerlo a través de la ventana.

Una vez realizada esta operación, Fatima Abu Mon apretó con fueza su bajo vientre para dar inicio a su flatulencia suprasónica, provocando el traqueteo brusco del tren. Aquella expulsión de gases condujo por fin a Wenceslao a una dimensión desconocida (se sabe, eso sí, que era una dimensión superior a la novena) en la que se produjo una transformación matérica celular y molecular de su ser que le hizo recuperar su forma humana. Algunas fuentes creen incluso que en ese trayecto supradimensional Wenceslao se acercó a la luna, donde quiso comprobar la estructura ignífuga de la atmósfera lunar. Fuera así o no, lo que sí es cierto es que fue así como Wenceslao Cardoso salió disparado de Ispahán.

domingo, 9 de diciembre de 2007

Wen on the moon (II)

De todos es sabido que si una persona bebe agua, o cualquier otra sustancia licuosa, del interior de una huella de hombre lobo, aquella persona se convierte irremediablemente en licántropo nocturno. Wenceslao recordó esta máxima, en el momento exacto en que sus ojos repararon en aquella inmensa huella extraterrestre que ahuevaba la superficie lunar, y que no dejaba demasiadas dudas sobre su procedencia. "Esto lo ha hecho un marciano". Los habitantes de Marte no solían salir de su planeta a menudo, y cuando lo hacían es que algo no iba bien. Por la profundidad de la marca, Wenceslao dedujo que el marciano había estado un rato parado, quizás observando el paisaje, quizás esperando a que el peligro pasara. Debido al hecho que los marcianos solo tienen un pierna y el pie que la delimita es central (sin derecha ni izquierda), sumado a la erosión vertical producida por los vientos lunares, Wenceslao no se atrevió a hacer más conjeturas sobre el estado de la huella. Así que se agachó, sacó su vasotapaquealvolcarsesalenunaseriedecírculoscadaunomásgrande
queelotrounidosentresiporuntopequeconsiguedarunaprofundidad
suficienteparaformarunrecipientedignodecualquiercosmonauta
queseprecie y coge una muestra del líquido azul verdoso que se encuentra en la parte más profunda de la huella, sito en el centro de la misma, cuya medida debe rondar los 2x3,5m. Tras levantar el recipiente y mirar a trasluz el líquido contenido, Wenceslao se lo bebió de un trago esperando que el efecto fuese reversible, "Si me he de convertir en un marciano, que sea solo un ratito, que debo volver a la nave y si me hago muy grande no cabré en ella", se dijo a si mismo y al vaso, esperando que este ayudara a paliar el tiempo del efecto de conversión.

domingo, 2 de diciembre de 2007

Vieja Europa III

Desesperado, tras la chuletada "on the moon" y la operación en que le fueron implantados unos nuevos testículos de PVC por el método que introdujo Moin Ab-Dal en el New York Presbyterian Hospital, Wenceslao volvió a aquello de buscarse la vida. El primer trabajo que encontró fue a través de un anuncio en el, por entonces, ilegal y reaccionario diari de la corporació catalana de comunicació, AVUI. El anuncio decía así:

"Se busca tipo calvo con bigote, de tipo fascistoide y a ser posible machista, cuatrero, chuloputas, mentecato, macho ibérico, español de los de antes (de los buenos, vaya), mayor de edad, con pito y dos cartulinas tamaño A6 (una roja y otra amarilla) ...etc para ser caricaturizado en el nuevo reglamento para lechones de la Liga de Fútbol Profesional."

Lo demás es historia...